miércoles, 9 de abril de 2008

Lo que viene, lo que viene, lo que viene . . .

Los 4 km familiares fueron la entrada a la americana donde cada comensal se sirve a gusto de una mesa larga y bien surtida. Los 10 km que le siguieron fueron la porción de fritas que el mozo alcanzó a la mesa para matar el tiempo. El bife de chorizo, con varios caballos, fueron los 20 km que unieron las 2 balsas ( al parecer faltaron horas de cocción ). Los canelones a la boloñesa fueron los 21 km del Bayo ( al parecer faltaron canelones ) . . .

El cuenta kilómetros no sumaba demasiado y el apetito seguía haciendo reclamos desde lo mas profundo de nuestro orgullo.

Che Andrés, yo sigo con hambre, ¿ vos ?, ¿ Y si encaramos los 42 de la Villa ?


Sin envidiar a los rellenos de cuestión de peso encaramos la parrillada completa. Che mozo, no le mezquiné mollejas, chinchu, carne de cañón y metele bastante riñones que tenemos un hambre de novela. Con el repasador atado al cuello, y dos cuchillos en vez de uno, piramos para la barda a coleccionar subidas.

El objetivo estaba clarinete : JUNTAR HAMBRE, MUCHO HAMBRE . . . EL K42 YA ESTABA A PUNTO.

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