Nunca es triste

Hoy mismo, 12 de Marzo del 2008, me encuentro lesionado. La edad me pasó factura. Un par de vertebras no soportaron el trajín y me dejaron varado en la banquina.

El pique corto fue bueno y el salto ornamental empezó sobre rieles. Los jueces observaban mi finta con entusiasmo y sin pestañar. Entrar al agua en forma recta, casi sin salpicar, luego del arriesgado “sacacorchos falseado”, me hubiese dado los puntos necesarios para colgarme la dorada en el pecho, pero . . .

En el aire sucedió todo de repente. Faltaba apenas 1 metro para llegar al Limay y las piernas rompieron con la armonía. La finta perdió los rieles. La línea recta se transformó en una risa. El envión siguió de largo y la columna se quejó como un niño que pide upa cuando entramos al agua. Dos vertebras se chocaron las cabezas y quedaron sentidas y moradas. Los jueces me chantaron un 3 y el traumatólogo me dio 2 meses de inactividad.

Alguna vez lo escuché a Serrat comentar que : “Nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio”. Y sí !!! Los Octubres siguen pasando de prisa, y cada vez pesan mas. Ya pasaron 33 y se sienten en el lomo ( y en las vertebras ). No me queda mas remedio que acusar recibo de los pirulos que tengo, y dejarme de romper las pelotas con boludeces . . . perdón por el exabrupto !!!